Anna Magnani
-
por CineBoum
- octubre 4, 2020
- 0

«Anna Magnani es posiblemente la actriz más grande con la que he trabajado. Es un animal completo, un animal creado para el escenario y la pantalla». Jean Renoir (Director)
Repasamos en esta entrada la figura de Anna Magnani, antidiva por excelencia, figura clave del neorrealismo italiano que dio vida con un estilo inimitable a la figura de la mujer malhumorada y ardiente de la clase trabajadora, a la vez que sensible y generosa; valores genuinamente italianos.
Anna nace en Roma el 7 de marzo de 1908. Aunque algunas fuentes aseguran que nació en Alejandría (donde pasó parte de su infancia) ella siempre sostenía que era de la región de Calabria. Se desconoce la figura de su padre (de origen egipcio), su madre era María Magnani. Fue educada en un convento y criada por su abuela materna cuando se madre la abandonó, viviendo en unas condiciones precarias en los suburbios de Roma junto a sus cinco tías: Dora, María, Rina, Olga e Italia. Comenzará a cantar en cabarets y clubs nocturnos (la llamarán la «Edith Piaf italiana») al mismo tiempo que estudia en la Academia de Arte Dramático de Silvio D’Amico.
Su debut en el cine se produce en 1928 con «Scampolo«, de Augusto Genina para continuar en 1934 con «La ciega de Sorrento» pero las malas críticas la desanimaron y su refugió en los escenarios teatrales. Entre 1929 y 1932 forma parte de la compañía de Dario Nicodevvi y dos años más tarde pasaría a integrarse en la Revista, convirtiéndose en uno de los nombres más populares de la escena italiana trabajando, entre otros, con Vittorio de Sica y Totó. En esta época se casaría con el director Goffredo Alessandrini, si bien el matrimonio duró poco tiempo y concluyó en anulación.


A
Finalmente consigue destacar en la pantalla en 1941 con «Nacida en viernes«, de Vittorio de Sica, donde encarna a una extraña cantante, Coletta Prima, novia del personaje interpretado por Vittorio, quien diría del film que «era la primera película de verdad de la Magnani», añadiendo que «su risa es fuerte, trágica, asombrosa».
asd
Tras interpretar algunas comedias ligeras (Campo de flores, 1943, Cuarteto loco, 1945,…) Anna alcanzará su consagración con Roma, ciudad abierta (Roma, citta aperta, 1945, Roberto Rossellini), película que marca el punto de partida del neorrealismo italiano.
Fue rodada en escenarios naturales y condiciones precarias poco después de la liberación de Roma y mostró al mundo las dificultades para sobrevivir en los años de la guerra. Magnani, miembro de un reparto de actores poco conocidos y no profesionales, da vida a Pina, la amante embarazada de un dirigente comunista italiano que es asesinada cuando intenta llegar a la camioneta en que su hombre está a punto de ser deportado por los nazis. La escena de su muerte ha quedado como uno de los momentos más estremecedores de la historia del cine.
Magnani, junto a un extraordinario Aldo Fabrizzi, representa la redención de un pueblo a través de sus cualidades humanas y morales. Este papel le llevó a ganar el premio a la mejor actriz secundaria del Sindicato de Actores Italianos, consiguiendo a partir de ese momento ser considerada una estrella dentro de Italia y avanzando en esa consideración de manera internacional.

Roma, ciudad abierta también logró una enorme repercusión internacional, siendo galardonada con la Palma de Oro del Festival de Cannes. Todas las vicisitudes de su rodaje están recogidas en el libro de Ugo Pirro «Celuloide«. Curiosamente Magnani fue la segunda opción para el papel de Pina, dirigido a Clara Calamai, quien lo rechazó por los compromisos que ya tenía adquiridos. Casualidades de la vida, Visconti, años después, pensaba en Anna para protagonizar «Obsesión» y el papel recaería en Calamai.
El rodaje de la película fue testigo del inicio de una intensa y tortuosa historia de amor entre la actriz y el director, que concluyó cuando Rossellini la abandonó por Ingrid Bergman lo que constituyó uno de los escándalos más sonados del momento. Diría Magnani: «Los animales son buenos, mejores que los humanos, no te traicionan» y también «Las grandes pasiones no existen, son fantasías de los mentirosos». Pese a ello, Rossellini siempre sería su director preferido y el gran amor de su vida, con el que nunca dejó de tener contacto hasta el punto que la actriz está enterrada en el mausoleo familiar de los Rossellini.
En «Noble gesta» (1947) Anna es una pueblerina llamada a la política para representar los intereses de los humildes como ella, consiguiendo de nuevo el premio del Sindicato de actores italianos (repetiría por «El amor») y la Copa Volpi del Festival de Venecia a la mejor actriz.

En 1951 su amigo personal Luchino Visconti le ofrece el papel principal de «Bellísima«, donde la actriz da vida a una madre obsesionada con que su hija se convierta en un artista célebre que, con el paso del tiempo, se da cuenta de su equivocación decidiendo renunciar a ello. La versatilidad de Ana le permite elegir proyectos tanto en Italia como fuera de ella, como «La carroza de oro«, de Jean Renoir, donde se cuentan las peripecias de una compañía teatral del siglo XVIII en América del Sur.
Por su primera incursión en Hollywood, «La rosa tatuada«, Magnani consigue el Globo de Oro y el Oscar a la mejor actriz. Dirigida por Daniel Mann e historia de Tennessee Williams, Magnani es Serafina della Rosa, mujer que mantiene un apasionado romance con un camionero al que da vida Burt Lancaster. Ella estaba convencida de que no ganaría el Oscar, por lo que ni siquiera fue a la Ceremonia, recogiendo el galardón en su nombre Marisa Paván. Williams diría de Anna: «Nunca vi una mujer más hermosa, de ojos tan grandes y piel como el jabón Devonshire».

La aventura americana duró tres películas más: Viento salvaje (1957), junto a Anthony Quinn y siendo nominada nuevamente al Oscar y consiguiendo el Oso de Plata de Berlín y el David de Donatello; «Piel de serpiente» (1960), con Marlon Brando y El secreto de Santa Vittoria (1969), de nuevo con Anthony Quinn.
En 1962 Anna participa en «Mamma Roma» de Pier Paolo Pasolini interpretando a una prostituta entrada en años que intenta cambiar la vida y reunirse con su hijo adolescente tras años de separación. La poca aceptación popular de la película llevó a la actriz a refugiarse en el teatro, donde representaría «La loba» de Verga y «Medea» de Anhouil, a las órdenes de Franco Zefirelli y Giancarlo Menotti respectivamente, triunfando en los escenarios más importantes de Europa. Menotti diría de ella: «Magnani es como trabajar con fuego…Puedes prender todo el teatro pero se debe mantener el fuego vivo sin incendiar el teatro».
A
En sus últimos años de carrera la actriz vivirá la experiencia de la televisión, concretamente cuatro películas realizadas entre 1971 y 1973 escritas y dirigidas por Alfredo Rianetti: «La sciantosa«, «1943, un encuentro«, «El automóvil» y «Corría el año de 1870…».
Su última aparición en el cine será en «Roma» de Fellini, donde hace un breve cameo como ella misma sorprendida en la puerta de su casa, homenaje del realizador a la estrella, cerrando la escena diciendo: «Ella es Roma».
a
Anna Magnani tuvo un hijo, Luca, con el actor Massimo Serato, del que tuvo que cuidar a lo largo de su vida ya que estuvo aquejado de poliomienitis. Anna murió de cáncer de páncreas el 26 de septiembre de 1973, asistida hasta el último momento por su hijo y por Roberto Rossellini. Terminamos con sus palabras : «No sé si soy una actriz, una gran actriz o una gran artista. Hay dentro de mí tantas figuras, tantas mujeres,… dos mil mujeres. Sólo necesito salir a su encuentro».
Y recuerda, si te gusta el cine, juega a CineBoum.